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Date Heure de publication : 2024-05-08 07:19:59
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El viernes 16 de agosto de 1974 llegó un mensaje a los periódicos desde el Santiago Bernabéu: “A las ocho de esta tarde se presentará el segundo extranjero del Real Madrid. De momento no hay nombres. A esa hora se sabrá todo”.
Hacía días que se hablaba del refuerzo que le faltaba al Madrid, el extranjero que se sumaría a Günter Netzer. Varios nombres estaban sobre la mesa: el uruguayo Morena (Peñarol), el sueco Edstrom (PSV) o el neerlandés Rep (Ajax). Pero la sorpresa fue mayúscula cuando pasadas las ocho de la tarde abrió la puerta de la puerta de la sala y apareció Paul Breitner. Junto a él, su esposa, Hildegar Gassner, y el hombre de hierro de Santiago Bernabéu, Antonio Calderón.
la explicación
El histórico gerente blanco tomó la palabra para explicar el fichaje. “Aquí tienen al segundo extranjero del Real Madrid. Corno ven, se trata de Paul Breitner, pues ya ha sido del todo arreglado con el River Plate el asunto de Oscar Más. Va a cumplir veintitrés años el 5 de septiembre, pues nació en 1951. Tiene dos niñas, de tres y dos años. Se inició en el fútbol en el Freilassing y pasó al Bayern de Múnich, donde ha jugado los últimos cuatro años. Ha sido veintiséis veces internacional con Alemania Federal y hasta la pasada temporada actuó en ciento ocho partidos con su equipo. Esperamos haber acertado. Por lo menos, su resistencia está más que probada. Es campeón de Europa con el Bayern y campeón del mundo con la selección de su país. El fichaje se ultimó en Bilbao, durante el Trofeo Athletic Club, y ha firmado por el Real Madrid por tres años”.
En el perfil que hizo de Breitner dijo que estaba a punto de licenciarse en Químicas, algo que el germano rectificó: “No, no. Lo que estudio es Pedagogía“.
Esa fue la primera operación en la que Bayern y Real Madrid se sentaron en una mesa a negociar. Los dos clubes, además de hacerse la promesa de que no se supiese nada durante esa negociación iniciada en Bilbao apenas tres días antes, acordaron que no se dieran cifras. En España se publicó que el trató se acordó en 60 millones de pesetas (360.000 euros).
El abisinio
La primera camiseta del Madrid que tuvo en sus manos Breitner fue la del 3. Pero no era el lateral izquierdo el puesto que Miljanic tenía pensado para el alemán. El día de su debut (3-4, ante el Dinamo de Zagreb en el Bernabéu), se colocó en el centro del campo. El entrenador yugoslavo se reía de los que cuestionaban que el Madrid pagase tanto por un lateral. Él sabía que Breitner era mucho más.
La llegada del bávaro suponía la entrada en el Madrid y en la Liga española de un jugador con un perfil social poco común. Apodado El Abisinio por su poblada y ensortijada cabellera, estaba volcado en tareas de ayuda social. “El fútbol para mí es sólo una meta para poder realizar una labor de ayuda a la Humanidad. Lo hago cuidando en una residencia a los niños que requieran atención y enseñanzas especiales”, aseguraba antes de fichar por el Madrid.
Gran parte de lo que le supuso ganar el Mundial de 1974 en su país -marcó el 1-1 en la final- lo destinó a la ayuda a niños con minusvalías. Al llegar se publicó que lo hacía por las profundas convicciones religiosas suyas y de su mujer. Pero pronto se supo que las ideas de Breitner eran otras y la palabra maoista, un tabú en aquella España, se unió a su nombre.
A Bernabéu le dio igual todo lo que de dijera. “Eres un jugador cojonudo”, le dijo a Paul. Y a quien mirara a otras cosas se limitaba a explicarle que lo que le importaba era lo que Bretiner aportaba en el campo.
El campeón del mundo negó ser seguidor de Mao. Sí aseguró su inquietud por los temas sociales, lo que demostró en Madrid una notable cantidad a los obreros en huelga de Standar Eléctrica.
Breitner era un tipo único. Una año después de fichar por el Madrid se estrenó el western Potato Fritz. Él era el sargento Stark, uno de los hombres del capitán Henry, encargado de proteger de los indios, a través de las Montañas Rocosas, un cargamento, con oro incluido, destinado a los colonos de Fort Lane. El rodaje se dividió entre Montana y Almería.
Breitner ganó en España dos Ligas y una Copa.